Crecer o hundirse. Esas son las claras consecuencias que tendrá para la economía de Tucumán, al decir del industrial azucarero Jorge Rocchia Ferro, si se prorroga o no la ley de Biocombustibles de la Nación, que concede un corte de bioetanol en las naftas.
“Con la prórroga de la ley y elevando el corte de bioetanol del 12% al 27% se puede producir un montón. No tengo dudas de que habrá mas ingenios en Tucumán por el impacto que tendrá, sería el despegue absoluto del norte”, planteó el presidente de la Compañía Azucarera Los Balcanes. ¿Qué impacto tendría que no se prorrogue la ley?, se le consultó: “el NOA tiene de columna vertebral el azúcar. Quedaremos destruidos. Tucumán, sin las condiciones para emplear alcohol, va a tener un muy mal año y un futuro incierto, nadie invertirá una moneda, nadie querrá prestar una moneda y habrá un paralelismo que no quiero mencionar nunca, porque es espantoso, perolas consecuencias serán similares a las de 1966 (en alusión al cierre de ingenios por decreto durante la dictadura de Juan Carlos Onganía).
Política de Estado
Industriales y dirigentes políticos de la región reclamaron la urgente prórroga de la ley de Biocombustibles, que fomenta el sector y sostiene un corte en las naftas. La normativa, sancionada en 2006, tiene vigencia hasta mayo de este año a menos que se la extienda o se la reemplace. El Senado aprobó por unanimidad en octubre la extensión por dos años, sólo resta su tratamiento en Diputados.
“La prorroga nos daría un panorama de una mejoría económica extraordinaria porque nos estaríamos transformando casi en petroleros, no nos olvidemos que el alcohol está presente en el 12% de las naftas que se venden en el país. Nos permitiría crecer en cantidad de hectáreas de caña si es que esto viene aparejado con el incremento del corte de bioetanol. Nos permitiría tener un mercado doméstico absolutamente nivelado y no hacer exportaciones a pérdidas”, planteó el industrial. Y agregó: “la importancia del ingreso que tiene esto para Tucumán y el NOA es enorme. Además va a permitir sostener el precio del azúcar en niveles racionales. Esto es ganar-ganar para todo el norte”.
Para el industrial, lo fundamental es que los biocombustibles sean una política de Estado. “El mundo está avanzando hacia energías limpias, y el bioetanol es muy limpio. Muchos países fomentan el uso de autos eléctricos, pero producen energía quemando carbón, entonces la huella de carbón es elevadísima. Argentina puede pasar de las 450.000 hectáreas de caña de azúcar que tiene hasta un millón si es que del 12% nos vamos al 27% del corte de bioetanol. Si ocurre esto, habrá un tema económico: los petroleros no quieren dejar la gran torta que ellos quieren”, finalizó.